«Ha sido un error y vamos a rectificar», admitió ayer la
primera teniente de alcalde y portavoz del grupo popular, Adoración
Molina. Fue a la hora de valorar la decisión tomada por el Gobierno
municipal de dar marcha atrás en su idea de pintar algunas aceras del
casco urbano con unas líneas blancas que formaban parte del proyecto de
calles ciclables, puesto en marcha hace un par de semanas. La idea de
delimitar con dichas pintadas algunos tramos en las aceras -que serían
compartidos por peatones y ciclistas-, no ha terminado de cuajar porque
se ha encontrado con la oposición de algunos vecinos, que alertaron del
peligro que esta iniciativa podría representar, según admitió Molina.
Por este motivo, el lunes comenzaron ya a eliminarse las
marcas de las aceras ya pintadas. La concejal de Movilidad, Consuelo
Rosauro, aclaró ayer que se trata de «volver al proyecto inicial»,
orientado a conectar las calles del casco urbano con los carriles bici
que existen en el municipio, de norte a sur y de este a oeste, enlazando
con la Vía Verde del Noroeste y con el carril bici que se puso en
marcha el verano pasado tras las obras de desdoblamiento de la carretera
A5, en el tramo de Molina a La Alcayna.
En lugar de hacer uso de las aceras más anchas, se
establecerá dicha conexión a través de la calzada. Rosauro explica que
su departamento consideró pertinente utilizar las aceras, sobre todo en
las zonas donde hay calles amplias y rotondas, con el fin de mejorar la
seguridad vial para los ciclistas. Pero en pocos días han advertido que
ello provocaría colisiones entre los usuarios de la bici y los peatones,
por lo que el único tramo que se mantendrá con las marcas pintadas es
el que va desde la gasolinera de Vidal, frente al colegio El Taller,
hacia el enlace con la autovía en dirección a la urbanización de La
Alcayna.
Listo en tres semanas
El proyecto de calles ciclables, que podría estar acabado
en tres semanas, está presupuestado en 60.000 euros, según la edil de
Movilidad. El Ayuntamiento decidió el verano pasado que buena parte de
los 200.000 euros que tenía previsto destinar a mejorar las líneas de
transporte público que conectan las urbanizaciones de Altorreal y La
Alcayna, LOS CONEJOS, con Molina de Segura y Murcia se invertirían en el fomento del
uso de la bicicleta en el casco urbano, como se está haciendo con el
referido proyecto.
Por otro lado, el Ayuntamiento sigue a la espera de que la
Comunidad Autónoma desbloquee varias cuestiones relativas a la mejora
del transporte en las urbanizaciones de La Alcayna, y Altorreal. También
queda pendiente de la decisión de poner en marcha una 'superlínea' de
autobús, que conectaría directamente Molina con el hospital Virgen de la
Arrixaca.